¿Qué es una estufa de leña?

Las chimeneas o estufas de leña son un tipo de calefacción que utiliza la combustión de la madera como fuente de calor. Se caracterizan por su sostenibilidad y respeto al medio ambiente, así como por una alta eficiencia energética.

Una chimenea de leña puede añadir belleza, carácter y dramatismo a casi cualquier espacio, creando una atmósfera inigualable, cálida, romántica y acogedora.

Ventajas de utilizar una estufa de leña

  • Uso de energía renovable: Las estufas utilizan energía natural, como la madera, que puede ser prácticamente inagotable para generar calor.
  • Costo económico: La madera es una de las fuentes de energía más económicas. Con el reciente aumento en los precios de otras energías, como la electricidad, el gas o el gasóleo, los modelos más recientes del mercado ofrecen una opción de calefacción más económica.
  • Fuente de energía independiente: La madera es fácilmente accesible y se puede encontrar en el mercado con facilidad, ya que hay cada vez más puntos de distribución.
  • Mínimo impacto ambiental: La madera, al ser quemada, emite la misma cantidad de CO₂ que absorbe durante su ciclo de vida, lo que la convierte en un combustible renovable y neutral en cuanto a emisiones.
  • Encanto del fuego: Tener una estufa o una chimenea de leña en casa aporta encanto y calidez al hogar.

Inconvenientes de utilizar estufas de leña

  • No se adaptan a todos los hogares: Se requiere una salida de humo, lo que limita su instalación a casas unifamiliares o áticos. Además, se debe pedir permiso a la comunidad de vecinos para instalar una salida de humo.
  • Mantenimiento: Las chimeneas de leña requieren un mantenimiento anual para asegurar su correcto funcionamiento.

¿Cuál es la mejor leña para quemar?

Toda la leña es biomasa, pero no toda es adecuada para un funcionamiento óptimo en nuestras chimeneas, ya que se deben considerar factores como la humedad, el tamaño y el tipo de leña.

Para encender el fuego, la mejor leña a utilizar podría ser el pino, el abedul o el castaño. Una vez que se haya encendido la primera llama, se deben utilizar maderas duras como el roble o la encina, ya que son leñas con una alta capacidad calorífica, una combustión lenta y nos ayudarán a calentar nuestros hogares.

Por otro lado, se debe considerar la humedad de la leña que se utiliza. La mejor leña para quemar es aquella que ha sido almacenada durante dos inviernos, y cuya humedad es inferior al 20%. La humedad de la leña es agua acumulada en los troncos, por lo que cuanto menor sea la humedad de la leña, mejor se encenderá el fuego, generará menos hollín y aumentará la calidad de las llamas.

¿Cuál es la mejor leña para quemar?

Cada tipo de leña se comporta de manera diferente en la combustión y tiene variaciones en la cantidad de calor que aporta.

  • Leña de pino: Es una madera blanda que tiene una alta capacidad calorífica, es decir, se quema con facilidad. Este tipo de leña es recomendable para encender el fuego, calienta rápidamente y produce una buena llama, pero también se consume rápidamente.
  • Leña de abedul, fresno y castaño: Estas maderas se consideran blandas, al igual que el pino, ya que se encienden con facilidad y tienen una capacidad calorífica adecuada. A diferencia del pino, se consumen más lentamente.
  • Leña de roble: Es una madera dura que requiere una alta temperatura para encenderse. Esta leña es ideal para mantener el fuego y disfrutar de sus brasas y alta capacidad calorífica, gracias a su combustión lenta.
  • Leña de encina: Es una madera dura que también cuesta encender, pero se considera una de las maderas con mayor poder calorífico. Tiene una combustión lenta y es una de las mejores maderas para quemar en nuestras chimeneas.
  • Leña de haya y olivo: Son maderas duras que también son difíciles de encender, pero tienen la ventaja de aportar mucho calor al fuego gracias a sus llamas y brasas espectaculares, y tienen una combustión muy lenta.

¿Cómo se debe mantener la leña y durante cuánto tiempo?

Desde Focs i Estufes Romans, queremos ofrecer algunos consejos para almacenar la leña y las mejores prácticas para lograr una mejor calidad de la leña.

Guardar la leña el mayor tiempo posible:

Para obtener un buen rendimiento en nuestras chimeneas, es crucial que la leña tenga una humedad muy baja, y esto solo se puede lograr dejándola secar en un lugar ventilado, expuesta a la luz solar y con un año de antelación. Si almacenamos la leña en un lugar bien ventilado, ayudará a que pierda la humedad necesaria. La leña recién cortada puede tener hasta un 60% de humedad, por lo que debe secarse hasta alcanzar una humedad del 20%, que es lo ideal para quemarla.

La leña nunca debe estar en contacto con el suelo:

Cuando almacenamos la leña, debemos tener en cuenta el proceso de secado en todo momento. Por eso, la leña no debe estar en contacto con el suelo, ya que impide que pierda humedad y puede convertirse en un lugar ideal para insectos. Es importante mantener la leña a unos centímetros del suelo, colocándola sobre un leñero o palets para asegurar una mejor ventilación.

Forma de almacenamiento:

Al almacenar los troncos, es importante colocar los troncos más grandes en la parte inferior para estabilizar la pila y llenar los huecos con troncos más pequeños.

Almacenar bajo un porche o techo:

Es muy importante que la leña esté en un lugar ventilado, pero también expuesta al sol y al viento, y protegida de la lluvia. Por ello, es recomendable almacenar la leña bajo un porche o techo que permita la circulación del aire por los lados, pero que proteja de la lluvia directa.

Comprobar el estado de la leña:

Cuando comienza la temporada de encender las chimeneas, debemos haber almacenado nuestra leña con un año de antelación. Siempre es aconsejable usar primero la leña más antigua para asegurar que tenga menos humedad. Sin embargo, antes de usarla, debemos comprobar su estado. La mejor manera de saber si la leña está seca es con un medidor de humedad, pero también hay señales que indican si está seca.

Cuando la leña tiene baja humedad, tiene un color más grisáceo y un aroma suave. En cambio, la leña verde tiene un color más marrón vivo y un aroma fuerte y fresco.

Si tienes dudas sobre qué leña es la mejor para tu hogar, no dudes en consultarnos.